En la oficina de Farmacia se diferencia claramente dos grandes zonas. Por un lado la zona de venta o dispensación y consejo farmacéutico. Y por otra, la zona de rebotica vs almacén.

La rebotica es ese espacio privado ubicado detrás de los mostradores. Es conceptuada como una  parte más íntima y personal para el trabajo del equipo de la Farmacia. A lo largo de los años la rebotica ha cambiado su funcionalidad. A favor de ofrecer mayor espacio al cliente en la misma sala de venta.

Orígenes de la rebotica

Comenzando desde los orígenes, la rebotica, además de ser una zona reservada para el farmacéutico donde se guardaban y preparaba medicamentos. Es decir, era un espacio donde se cedía y se adentraba el paciente/cliente para realizar servicios de valor añadido.

El hecho de poner a su disposición ese espacio era una clara demostración de la labor vocacional del farmacéutico hacia la salud y el bienestar de la ciudadanía. Dejando implícito que el farmacéutico está allí para cualquier menester con la máxima confianza y confidencialidad. Estas situaciones se siguen dando en farmacias tradicionales, rurales o de barrio.

Tras la trastienda se podía encontrar utensilios propios de su profesión: microscopios, balanzas, pildorero, probetas. También cubetas, morteros, medidores, cuters. Así como la acreditada farmacopea de obligada tenencia en los despachos de farmacia en versión física. Una verdadera colección de instrumentos que han pasado a formar parte de piezas de museo.

¿Qué funciones tiene la en la actualidad?

Sin embargo, actualmente, la Farmacia busca optimizar los espacios y organizar las distintas partes de la farmacia de la manera más eficaz. De ahí, que acciones tales como la Atención Farmacéutica o Servicios de Valor Añadido han pasado a estar más visibles para el consumidor en el propio espacio de venta. De esta manera, el espacio de la rebotica queda reservada para el farmacéutico y su equipo, siendo entonces destinada  a organizar y almacenar medicamento y parafarmacia, incluyendo en ella el laboratorio habilitado como zona para la formulación magistral.

No obstante, y a pesar de los cambios estructurales la rebotica mantiene ese punto de encuentro humano, más cercano entre el titular y el equipo, dónde se organizar las reuniones de trabajo y los objetivos a corto y largo plazo. Y también, por qué no decirlo, donde se comparten momentos vitales, no solo profesionales sino personales, ya que la Farmacia suele ser un ámbito laboral muy familiar.

También, en la rebotica si bien es cierto que más en la zona del despacho del titular , es donde también se suele  atender  a proveedores o a pacientes que requieren mayor confidencialidad, para transmitirles de esta forma un mayor grado de  confianza y seguridad.

Sin duda, es uno de los pocos negocios, en los que el titular muestra esa generosidad y humanidad permitiendo adentrarse en  las tripas de su empresa a clientes y proveedores cuando es necesario. Independientemente del tamaño de la Farmacia siempre tenemos que tener en mente cómo podemos optimizar nuestro establecimiento, por lo que el diseño tanto del exterior como de la rebotica es un proceso sin fin, en busca de crear la mejor experiencia para paciente y equipo.

 La rebotica sigue siendo el corazón de la Farmacia, dónde queda reflejado su verdadera esencia y su forma de trabajo.