Al igual que en los demás ámbitos, el balance laboral de la oficina de farmacia en 2020, también ha estado marcado por la presencia del Covid-19. Tal y como detalla Eva Mª Illera, responsable del departamento Laboral de Asefarma, puede decirse que “no se ha producido en ningún momento suspensión de la actividad”. La razón: las oficinas de farmacia prestan un servicio esencial. Y en ningún momento tuvieron que cerrar a lo largo del pasado año.

Cabe destacar de este balance laboral en 2020, el absentismo. Sobre todo en el segundo trimestre. Ya que “estuvo marcado con un pico de bajas médicas de los empleados de la botica. Puesto que no se realizaban test y se tramitaban bajas preventivas sin que se hubiera confirmado positivo por Covid-19 de los empleados”. Asimismo, “estas bajas, unidas al aumento de trabajo en las farmacias a finales del primer trimestre hasta mediados del segundo, conllevaron que, algunas farmacias, se encontrasen con personal insuficiente. También con dificultades a la hora de encontrar profesionales en disposición de ser contratados”.

 

No obstante, cabe decir que, en relación con otros sectores, el número de bajas médicas a causa del COVID, “ha sido relativamente escaso”.

 

Por otro lado, como detalla Illera, en relación con la figura de los ERTES, “concepto que por desgracia ha sido protagonista durante la pandemia, -como instrumento para suspender la relación laboral-”. Además no ha sido una herramienta prácticamente utilizada en las oficinas de farmacias. Esto ha sido así porque en la mayoría de los casos han visto aumentado el volumen de trabajo en estos meses. Y han demostrado, con ello, que es una de las pocas actividades, que no se ha visto afectada en exceso por la crisis sanitaria que vivimos.

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