En los últimos meses uno de los temas que más dudas y preocupaciones ha generado en el sector de las oficinas de farmacia ha sido el de la posibilidad de que se ponga en marcha una subasta nacional de medicamentos, que siga el modelo de la que lleva dándose algunos años en Andalucía por las posibles repercusiones que podría tener sobre la oficina de farmacia.

 

Por este motivo y con el objetivo de despejar algunas de estas incógnitas entre nuestros farmacéuticos, el Espacio Asefarma (www.asefarma.com) ha acogido hoy la primera de las charlas y sesiones formativas del campus de verano de Asefarma bajo el título ‘¿Es viable una subasta nacional de medicamentos?’, en la que ha participado como ponente Jaime Acosta, farmacéutico y Consultor de Proyectos de la Sección de Farmacia Comunitaria de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP).

 

Jaime Acosta, ha comenzado la charla exponiendo que el sistema de subasta de medicamentos es un “sistema opaco y no demasiado transparente”, que acaba incidiendo más sobre la importancia del ahorro que pueda repercutir en Sanidad que en la labor sanitaria que los farmacéuticos deben ostentar de cara al paciente.

 

La subasta es una herramienta que permitiría (en caso de extenderse a nivel nacional) un ahorro de 1.000 millones de euros, como explicó la actual ministra de Hacienda Mª Jesús Montero (y anterior consejera de Sanidad de la Junta de Andalucía en el momento de la implantación de la subasta en esta comunidad), cita a la que ha puesto el acento Acosta en su introducción.

 

Jaime Acosta ha indicado que esta comunidad representa un mercado de grandes dimensiones, por la extensión de la autonomía y porque “al dividirse en tantas provincias, hace que el paciente cuando se quiere desplazar de una a otra, puede llegar a encontrarse con que la farmacia le dispense un medicamento distinto”. La farmacia lleva a cabo esta dispensación, en ocasiones, desde medicamentos que tiene en stock, precisamente para evitar que el posible desabastecimiento repercuta en la salud del paciente, que podría generarle confusión con el tratamiento que esté llevando a cabo.

 

Acceder a medicamentos de su stock, saliéndose de los que forman parte de la licitación llevada a cabo en la subasta en caso de falta de suministro, inquieta al farmacéutico, pues no sabe a ciencia cierta si “Sanidad acometerá su pago y/o cuándo se producirá éste”.

 

Desabastecimientos y CISMED

Durante la charla, Jaime Acosta ha explicado que el CISMED es un sistema que permite detectar cuándo se está produciendo desabastecimiento de un determinado medicamento en la farmacia. Con su ayuda se ha podido saber que “el 41% de medicamentos con problemas de suministro en España son medicamentos de subasta. Se trata de medicamentos poco habituales en el resto de España, cuyos laboratorios llegan a tener mucha relación con la administración”. Acosta ha explicado, además, que los grandes laboratorios de genéricos no están concursando en las subastas.

 

La Airef:

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha emitido varios informes, elevando el Gobierno a Bruselas algunas de sus recomendaciones. En estos informes se recogen algunas recomendaciones que Acosta ha ido desgranando a lo largo de la charla y entre las que ha destacado las siguientes:

 

  1. Necesidad de establecer un sistema de precios de referencia haciendo grupos de medicamentos y siendo estos agrupados por moléculas, sino por indicación. Según Jaime Acosta, esto es “técnicamente complejo y sanitariamente muy arriesgado porque puede generar desabastecimiento en algunas moléculas”.
  2. Implantación de un sistema de precios notificados.
  3. Propuesta de cambio en el sistema retributivo de las farmacias incorporando el pago por servicios. A juicio de Jaime Acosta, esto sería una manera de que la farmacia se desligue de su dependencia del precio del medicamentos.
  4. Implantación de más tramos para el copago
  5. Eliminación del límite de copago mensual y sustitución del mismo por un copago anual.

 

Como ha explicado el ponente, teniendo en cuenta una farmacia de una facturación media de 600.000 euros, estas medidas disminuirían aproximadamente el margen de la misma en 1.900 euros al mes en cifras de la propia AIReF.

 

Puesta en valor del papel sanitario del farmacéutico

 

Como conclusión de la charla y punto sobre el que prácticamente ha girado el debate posterior, tanto Acosta como los asistentes han destacado la importancia del papel sanitario que debe ostentar el farmacéutico.

 

A nivel internacional, para que a las farmacias no les afecte la caída en el precio de los medicamentos, se pone el foco en los servicios que se pueden prestar dentro de ellas. Incluso, como ha explicado Acosta, la Administración paga por la investigación en farmacia.

 

En ocasiones, aquí “no se nos considera como profesionales sanitarios esenciales para el sistema nacional de salud y se nos encasilla demasiado en el papel logístico sobre el medicamento y en campañas sanitarias con bajísimo peso profesional”, ha expresado Acosta.

 

A la sesión han asistido más de una decena de profesionales, que han tenido la oportunidad de compartir inquietudes y de preguntar acerca del funcionamiento y los efectos que podría tener la implantación a nivel nacional de una subasta de medicamentos similar a la puesta en marcha en Andalucía.

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