
El farmacéutico, cada día, contribuye de manera significativa a la protección de la salud, es el garante de la salud y el bienestar del paciente, porque es a él, en primer lugar, al que acude éste para trasladarle sus consultas sanitarias y consultarle dudas para prevenir la enfermedad. Por tanto, el farmacéutico tiene un papel crucial en torno al abuso del medicamento.
Tras el mostrador, el farmacéutico tiene cada día la ocasión de poder detectar si se está produciendo abuso de medicamentos por parte del paciente. Puede, incluso, observar posibles comportamientos sospechosos, prescripciones inusuales o realizar seguimiento de la frecuencia de determinadas solicitudes de algunos fármacos. Si ve algo extraño, debe actuar. Y ésta debe ser la primera voz de alarma para evitar cualquier caso de abuso de medicamentos.
Según el Observatorio del Medicamento en España, organismo dependiente de la Agencia Española del Medicamento (AEMPS), en nuestro país ansiolíticos y antidepresivos, moduladores del sueño, analgésicos, antiinflamatorios y protectores gástricos, por este orden, son los fármacos de los que más abusan los españoles. Debate aparte se merece el uso de antibióticos, que hasta hace algunos años también formaban parte del listado de fármacos de los que más abusaban los usuarios. La resistencia a determinadas bacterias y el uso indebido hizo que se pusieran en marcha planes como el PRAN (Plan de Nacional contra la Resistencia a los Antibióticos), que trata de trabajar para un uso responsable de los mismos.
Qué puede hacer el farmacéutico para evitar el abuso de medicamentos?
Conocer al paciente es el primer paso para que, desde la oficina de farmacia, el profesional sepa detectar cuándo se está haciendo un uso indebido del medicamento y, más aún, cuándo se está produciendo abuso.
El farmacéutico tiene cierta capacidad para revisar el historial de prescripciones del paciente, para identificar posibles casos de abuso. ¿Un ejemplo? Cuando el paciente solicite medicamentos en intervalos más cortos de lo habitual o que se disponga a querer combinar múltiples medicamentos que podrían potenciar el efecto de abuso
En este sentido, la receta electrónica puede ayudar a combatir el abuso de medicamentos porque facilita al profesional sanitario el seguimiento de las prescripciones y el control de la dispensación.
Interactuar con el paciente: la clave
La posibilidad de comunicarse de forma directa con el paciente permite en la mayoría de las ocasiones que el farmacéutico detecte señales de abuso de medicamentos. ¿Para qué lo toma?, ¿cuál es la duración de los tratamientos? O ¿qué síntomas se salen de los habituales con el mismo tratamiento? Pueden ser algunas de las cuestiones que se haga el farmacéutico, que traslade al paciente y que le sirvan para poder detectar si existe adherencia o si el tratamiento se está desarrollando de forma correcta.
Acciones preventivas
Desde la oficina de farmacia, el farmacéutico también puede llevar a cabo otra serie de actividades que tengan por objetivo la prevención frente al abuso. Acciones de educación, de promoción de la salud y de uso racional del medicamento. ¿Cómo? A través de:
- Organización de charlas y talleres
- Desarrollo de seminarios
- Conversaciones con los pacientes en las que se incida en la importancia de seguir correctamente las pautas de prescripción y las posibles consecuencias que pueden aparecer a largo plazo tras el uso indebido de los medicamentos
- Distribución de material informativo no sólo en farmacias, sino también en centros de salud, centros de mayores, asociaciones, etc.
En muchos casos, este tipo de actividades puede requerir la colaboración de otros profesionales como médicos y/o enfermeros para que el enfoque sea multidisciplinar. El objetivo, siempre: prevenir y tratar el abuso de medicamentos.
Y lo más importante: cuando se detecta un caso de abuso de medicamentos, los farmacéuticos tienen la responsabilidad de intervenir y pueden hacerlo utilizando algunas herramientas como el “Bloqueo cautelar” en el caso de recetas electrónicas o contactando con el médico si se detecta alguna anomalía en las prescripciones. Además, deben ofrecer información y apoyo al paciente, recomendando la visita al especialista en caso necesario.
