
El farmacéutico representa un importante papel en torno a la reducción del desperdicio de medicamentos. Su objetivo debe ser reducir y promover de cara a la población un uso sostenible y adecuado de todos los fármacos.
Y es que el desperdicio de medicamentos, a nivel global, tanto desde el punto de vista económico como ambiental y de salud pública, representa un problema importante. Se estima que, a nivel mundial, el desperdicio de medicamentos provoca contaminación en el agua y en el suelo. El desperdicio de medicamentos tiene, además, otros problemas asociados como el almacenamiento inadecuado de fármacos y el uso indebido de los mismos.
No obstante, la concienciación en torno a evitar este desperdicio cada día es mayor. Según datos oficiales, en España, cada ciudadano ha reciclado una media de 107,76 gramos de envases vacíos o con restos de medicamentos en el primer semestre de 2024.
Asimismo, según SIGRE, el 90% de los españoles considera que es perjudicial para el medio ambiente tirar los medicamentos a la basura o desecharlos por el desagüe.
En España, se gestiona fundamentalmente a través del Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases, denominados Puntos SIGRE, que pueden localizarse en todas las oficinas de farmacia del país. Desde estos puntos se recoge y gestiona de manera ambientalmente segura los envases y residuos de medicamentos.
Causas del desperdicio de medicamentos
Diversas razones pueden originar desperdicio de medicamentos:
- Almacenamiento inadecuado: el medicamento, al no estar almacenado de forma correcta, se deteriora, con lo que acaba siendo inservible.
- Falta de adherencia al tratamiento: el paciente, no sigue las indicaciones médicas correctamente, con lo que al final el medicamento se queda sin utilizar.
- Prescripción no personalizada: en ocasiones, los formatos en los que se vende el medicamento suponen que se receten cantidades que excede la necesidad real del tratamiento al paciente.
¿Cuál es el papel del farmacéutico para prevenir el desperdicio de medicamentos?
El farmacéutico desempeña cada día un importante papel en torno al consejo y a las recomendaciones que aporta al paciente de la farmacia. Sus acciones deben estar orientadas hacia la educación, la gestión y la promoción de prácticas responsables en torno al medicamento.
Es decir, su trabajo diario debe estar orientado a promocionar la salud y concienciar al paciente acerca de la importancia de que siga correctamente el tratamiento prescrito por el médico. Así, la adherencia será la correcta. Será mayor. Y se evitará, por tanto, el desperdicio del medicamento.
Además, el farmacéutico tras la dispensación debe recomendar al paciente cuál es la mejor manera de almacenar el medicamento.
Sin olvidar que debe también recomendar un uso consciente del medicamento y de los productos sanitarios que adquiere el paciente, incentivando la compra responsable y tratando de concienciar para que no se almacene de manera excesiva en el hogar.
Gestión responsable y promoción de políticas sostenibles en torno al medicamento
El desperdicio de medicamentos suele ocasionar consecuencias negativas a nivel económico, pero también a nivel medioambiental y social. Tener que adquirir más medicamento del que se precisa supone un gasto innecesario no sólo para el paciente, sino también para los sistemas sanitarios. Además, adquirir más medicamentos de los necesarios hace que tengan que almacenarse más y su eliminación por canales inadecuados hace que haya más contaminación de aguas y suelos.
Por ello, es tan necesario que se pongan en marcha campañas de concienciación en el uso responsable de los medicamentos, que ayuden a crear conciencia sobre el impacto que supone el desperdicio. Así como políticas sostenibles que traten de minimizar el desperdicio de los medicamentos.
El papel del farmacéutico pasa por informar, concienciar y ayudar al paciente para que la adherencia al tratamiento sea mayor. Sea la correcta y no acabe abandonando el mismo y, sobre todo, no lo deseche por canales inadecuados. Puede y debe establecer puntos de recolección para medicamentos vencidos y caducados, para fármacos no utilizados. Teniendo siempre en mente aquello en lo que insisten desde SIGRE: “Reciclando tus medicamentos cuidas de tu salud y de la del planeta”.
