¿Qué es la tensión arterial?

La tensión arterial es la fuerza ejercida por la sangre sobre las paredes de las arterias y que permite que el oxígeno llegue a todos los tejidos del organismo. Ésta se mide a través de la presión sistólica y diastólica. La primera es la más alta ya que es el valor referido a la presión de la sangre cuando el corazón se contrae en el bombeo, mientras que la segunda, al contrario, es la más baja debido a que es la presión ejercida cuando se relaja. Estos parámetros se miden en milímetros de mercurio.

El control de la tensión arterial resulta de vital importancia ya que puede acarrear muchos problemas como mareos, dolor de cabeza, fallo renal, deterioro cognitivo o accidente cerebrovascular, entre otros.

¿Cómo medir la tensión arterial?

Los valores de tensión arterial se clasifican del siguiente modo:

  • Tensión arterial normal: 90/60-130/90 mmHg.
  • Hipotensión: 20 mmHg menos que en un estado normal. Es decir, 70/40-110/70.
  • Hipertensión: 140/90mmHg.
  • Prehipertensión: 130/80-140/90mmHg, valores previos a una hipertensión. En este momento el control rutinario debe hacerse efectivo.

Para poder hacer un seguimiento real de la tensión arterial hay que tener en cuenta que ésta no es la misma en todas las horas del día y en todas las circunstancias, pudiendo llegar a sus valores máximos a media mañana y, luego ir disminuyendo, al igual que aumentar por exceso de ejercicio, momentos de estrés o situaciones de peligro debido a una sobre secreción de adrenalina y noradrenalina o por activación del sistema nervioso parasimpático. Es por esto que a la hora de hacer la toma de tensión se realice siempre a la misma hora del día y estando descansado.

¿Cómo podemos mantener equilibrada nuestra tensión arterial de forma natural?

La primera pauta para mantener una tensión arterial dentro de los valores ideales es tener un estilo de vida saludable: compaginar ejercicio y dieta.

Dentro de la alimentación un punto importante es reducir la sal que condimenta las comidas, ya que, aunque el sodio sea necesario para el buen funcionamiento del organismo, un exceso de este puede provocar retención de líquidos y por tanto aumento de la presión arterial. Para ello es importante leer bien el etiquetado de los alimentos que compramos y tener en cuenta que 1 g de sodio equivale a 2,5 g de sal, y que no debemos sobrepasar la cantidad de sodio en más de 0,5g por cada 100 g de producto.

Además de la alimentación hay que cuidar las horas de sueño, reducir el estrés y evitar en todo lo posible el consumo de alcohol.

En el momento en que un estilo de vida óptimo no es capaz de mantener a raya el nivel de tensión, debemos pasar al plan B: el uso de medicamentos.

En la farmacia se pueden encontrar alternativas naturales al uso de fármacos que pueden ayudar a controlar los niveles de tensión. Activos naturales como el omega-3, la curcumina, el ajo negro o el extracto de hoja de olivo forman parte de estos productos fitoterápicos que ayudan a regular y mantener la presión arterial en sus valores ideales.