Marca farmacia

El objetivo del titular de la farmacia debe ser poner en valor su negocio farmacéutico. Y esto significa no solo promocionar día a día la salud, sino crear una diferenciación con respecto a la competencia, fidelizando al cliente y situándose como farmacia de referencia, diseñando para ello su propia estrategia.

Para llevar a cabo su objetivo, lo primero que se necesita es conocer al cliente, sus necesidades y gustos. Sólo conociéndolos le será posible captar clientes para la farmacia. La mejor sugerencia es hacer preguntas al cliente a nivel de mostrador con el fin de conocer qué información tiene de la farmacia:

  • Los servicios que realiza
  • El horario de atención
  • Las especializaciones en servicios y surtido
  • La atención del personal, etc.

Ideas innovadoras para una farmacia

Se puede conseguir realizando una sencilla encuesta cuyas respuestas ayuden a ser aún más conscientes de lo que espera el cliente de la farmacia:

  • Saber cuántas veces acude
  • Si es un cliente potencial de receta o consumidor de parafarmacia
  • Las marcas son las más utilizadas
  • Los servicios considera interesantes
  • Qué echa de menos en nuestra farmacia y cómo se siente en ella… es fundamental.

Es fundamental, sobre todo si con ese conocimiento diseñamos una estrategia con la que interactuar con el paciente.

Una escucha activa del cliente facilita entender sus necesidades y conocer sus gustos. Como consecuencia de ello se pueden satisfacer sus necesidades íntegramente y la farmacia se convierte en una verdadera propuesta de valor para él.

El segundo paso es crear un espacio diferencial. Empezando por diseñar una imagen corporativa atractiva y que sea fácil de recordar por el cliente. Para ello es importante escoger un nombre que:

  • Llame la atención
  • Que sea sencillo de retener
  • Que vaya acompañado de un eslogan que transmita ese algo especial que se aporta desde la farmacia. Algo que cree confianza y que genere una mayor credibilidad y familiaridad con y para el cliente; un valor añadido a lo que es la farmacia en sí.

Además, debe implantar como elemento de comunicación un logotipo propio dará a conocer lo que somos, lo que hacemos y el porqué. Y hay que usarlo de manera constante, al menos siempre que se haga algo con marca propia que busca dar a conocer nuestra identidad. Por ejemplo, comunicar una dinamización que se realice en el espacio de la farmacia o en cada acción de marketing outbound e inbound que se prepare para atraer al cliente potencial físico o digital a través de redes sociales. Pero también en todo aquello que sirva para dar a conocer nuestra imagen, nuestro hacer y nuestra marca con etiquetas, cartelería, bolsas, rotulación o servicios.

Imagen de la farmacia

En línea con el aspecto estético de la farmacia, hay que cuidar mucho la imagen desde fuera hacia dentro. Dedicar tiempo al escaparate, ya que es la primera imagen que tiene el cliente de la farmacia y es muy necesario, sin duda. Éste debe ser planificado a principio de año, para tener una idea de qué campañas en función de cada categoría se quieren trabajar o en función de las estaciones del año o de los eventos que haya. La exposición de productos debe ir acompañada de una comunicación personalizada que haga entender el mensaje a transmitir y que haya un “fin” detrás de la exposición, siendo por descontado éste lo más llamativo, y comunicativo posible. Además, por supuesto, debe ser siempre monotemático.

La estrategia a seguir será mantener la atención del cliente, desde que entra hasta que sale, diseñando para ello una comunicación coherente entre lo que hemos transmitido desde el escaparate con el interior de la farmacia hasta en el mostrador.

Hay que conseguir crear espacios diferenciados en los que destaque nuestra marca en el tránsito del cliente por la exposición de cada categoría, acompañándola con diferentes elementos de PLV que ofrezcan un diálogo activo con el consumidor como cuando se lanza un producto al mercado. El merchandising usado dependerá de la ubicación y de escoger con acierto una u otra estrategia y de ello, en gran parte, dependerá el éxito de la acción.

Ese merchandising puede ser:

  • De presentación (elementos donde colocar el producto que estimulen la compra por parte del cliente).
  • De seducción (nos ayuda a relacionar el producto para llamar su atención, por ejemplo, si se quieren exponer productos antialérgicos que vaya acompañado de flores y dibujos de abejas)
  • O de fidelización (el precio, por ejemplo) siendo fundamental que todo el material utilizado sea corporativo, con nuestra marca para que el cliente conozca nuestra diferenciación y que se preste a confusión.

Estrategias de una farmacia

Además de cuidar la exposición de productos, para dar valor a tu farmacia y diferenciarte de la competencia, es importante dinamizarla constantemente mediante acciones, (por ejemplo, realización de análisis capilares), realización de servicios (como ofrecer la deshabituación tabáquica), o mediante promociones únicas y exclusivas de tu farmacia que irán con tu marca.

Y la mejor manera de promocionar la marca será en el momento de la compra. Hay que poner en el centro al cliente y desde la farmacia debe crearle “experiencias” adaptadas a la tipología de cliente del entorno que debe ser analizado previamente. Hacerle sentir único y personalizarle la venta aumentará su fidelidad y su sensación de pertenencia a nuestra marca.

Conseguirlo es relativamente sencillo si disponemos de alguna herramienta de análisis que nos permita segmentar a cada uno en base a sus hábitos de compra para hacer propios el envío de comunicaciones personalizadas al cliente sobre servicios, campañas dinámicas o productos que puedan ser de su interés.

Todos estos puntos ayudarán a que nuestra farmacia sea un espacio distinto, que cree un valor diferencial con respecto a la competencia y dar fortaleza a nuestra marca.

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