En el día a día de la farmacia nos encontramos con preguntas habituales de nuestros pacientes como: ¿qué me puedo tomar para…?; ¿Qué me puede dar…? En multitud de ocasiones, el ciudadano ante problemas o necesidades de salud menores no controlados, acude a su establecimiento sanitario más cercano en busca de un asesoramiento farmacológico y así evitarse una visita innecesaria al médico.

¿Qué entendemos por indicación farmacológica?

La indicación farmacológica es un servicio profesional prestado por la Farmacia ante un problema de salud concreto de un usuario/paciente. Con él se busca el remedio o medicamento más adecuado para mejorar su estado de salud.

En este sentido, la Farmacia sigue jugando una posición primordial y en primera línea de atención en la asistencia sanitaria a la población: por su profesionalidad, su proximidad y su confianza. Dicho servicio profesional es muy importante y diferenciador para la farmacia y muy valorado por los ciudadanos.

En este sentido, la farmacia es un agente activo en mantener la salud de los ciudadanos aportando funciones complementarias al medicamento y productos sanitarios a través de la atención farmacéutica. Por todo ello, el papel del farmacéutico contribuye a la prevención y promoción de la salud, además de reducir la presión asistencial que sufre el Sistema Nacional de Salud en sus centros de Atención Primaria y/o en el servicio de Urgencias.

Protocolos de actuación

Para la realización adecuada de estas indicaciones farmacológicas, existen protocolos de actuación. Que orientan y ayudan a los farmacéuticos a la hora de decidir cuál es el tratamiento más adecuado para cada paciente.

Se requiere seguir unos pasos durante la entrevista:

– Identificar al paciente: conocer si la persona que solicita la indicación farmacéutica es el propio paciente que presenta el problema de salud. O, si por el contrario, es para otra persona.

Conocer el motivo de la consulta y los síntomas actuales.

– Cotejar y obtener información extra: síntomas, duración, enfermedades, alergias o intolerancias, posibles tratamientos, embarazo, lactancia…

Evaluar contraindicaciones e interacciones.

Actuar: asesoramiento sin dispensación o con tratamiento farmacológico que no requiera prescripción médica o medidas no farmacológicas. O incluso posible derivación al médico si se sospecha la necesidad de un diagnóstico y/o prescripción médica.

Cabe mencionar que algunos de los criterios más habituales de derivación al médico son la edad, insuficiencia hepática, insuficiencia renal, interacciones, reacción adversa de medicamento, situaciones especiales (embarazo, lactancia…). Es aconsejable que, en este momento, se entregue al paciente por parte de la farmacia un informe de derivación en el cuál quede reflejado la causa o el motivo de la derivación.

-Como último paso recomendado, es importante registrar el procedimiento pautado, cumpliendo siempre con la ley de protección de datos. De esta manera, nos permite evaluar la calidad y efectividad del servicio prestado.

En este sentido, existen protocolos para los síntomas menores. En ellos se recoge toda la información necesaria para realizar la indicación farmacéutica de una manera eficiente y de calidad. Se engloba el concepto/definición, causas frecuentes, indicadores de alarma, criterios de derivación al médico y recomendaciones para el tratamiento.

A su vez, y de manera global todos estos protocolos se compilan en guías de indicación farmacológica de Síntomas Menores. A ellos puede recurrir el farmacéutico como apoyo en su intervención.

Algunos ejemplos

Algunos casos prácticos de indicación farmacéutica puede ser protocolos de síntomas menores:

  • Respiratorios: congestión nasal, síndrome “catarral”, síndrome gripal, tos.
  • Con dolor moderado: cefalea, dolor dentario, dolor de espalda, dolor de garganta, dolor menstrual.
  • Digestivos: acidez, diarrea aguda, estreñimiento, vómitos.
  • Dermatológicos y de la mucosa oral: acné, aftas, herpes labial, picadura, quemaduras, urticaria…
  • Otros síntomas menores: fiebre, conjuntivitis, hemorroides, insomnio, vaginitis…

No obstante, cada indicación farmacológica es personalizada buscando las máximas garantías de efectividad y seguridad para el paciente.

El farmacéutico como referente

En definitiva, como titulares de farmacia debemos ser más proactivos en la prestación de servicios profesionales. Proporcionando información sanitaria a favor de la educación, promoción de la salud y el autocuidado.  La indicación farmacológica personalizada nos refuerza posicionándonos como referente profesional y social del medicamento y productos sanitarios.

 

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