Un medicamento biológico similar o biosimilar es un equivalente al medicamento de referencia (original) una vez que la patente desaparece, manteniendo todas las exigencias de la Agencia Europea del Medicamento en cuanto a calidad, eficiencia y seguridad. El biosimilar contiene una versión del principio activo del producto de referencia y frente al cual demuestra su biosimilitud.

Diferencia entre medicamentos biosimilares y biológicos

Haciendo un pequeño inciso vamos a diferenciar medicamento genérico, biológico y biosimilar:

El medicamento genérico son sustancias químicas desarrolladas en un proceso de síntesis química, por lo que mantiene la misma composición cualitativa y cuantitativa del principio activo de referencia; de ahí su característica de intercambiabilidad. Ejemplos más que conocidos son el paracetamol, la atorvastatina…

El biológico es un medicamento procedente de células vivas que se modifican mediante biotecnología produciendo el principio activo.  Un ejemplo sería la insulina; estos productos requieren muchos recursos y tiempo para su fabricación.

Por último, el biosimilar que es equivalente al biológico, pero con menor coste y tiempo; parte de la inversión del medicamento original, ya realizada, una vez expirado su patente. Esto hace que el tratamiento llegue a más personas, un ejemplo sería Inpremzia indicado para la Diabetes Mellitus.

biosimilar

Fuente: https://www.mabxience.com

El primer biosimilar (2006), la hormona del crecimiento, inicio un recorrido dando paso a otros fármacos destinados a áreas terapéuticas de gran interés: como la oncología, endocrinología, reumatología, dermatología o patologías digestivas.

Su objetivo primordial es mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades agudas o crónicas, como la diabetes, el cáncer o enfermedades autoinmunes.

Algunos ejemplos de estos medicamentos

Actualmente, en Europa contamos con 74 medicamentos biosimilares autorizados de 19 principios activos diferentes y en España, 62 medicamentos biosimilares de 17 principios activos diferentes.

Algunos de los ejemplos de medicamentos biosimilares autorizados son Vegzelma contra algunos tipos de cáncer; Sondelbay para el tratamiento de la osteoporosis; Grasustek para mejorar la neutropenia en pacientes con cáncer; etc.

Los medicamentos biosimilares permiten mayor competencia y menor coste, lo que otorga una mayor capacidad parar tratar a más pacientes y reducir gasto del sistema de salud.

Medicamentos biosimilares en España

En España, se aprecia un ahorro de más de 5 millones de euros entre 2009 y 2022. Aun así, somos unos de los países más lentos y de menor tasa adheridos a estos medicamentos; por lo que se hace imprescindible políticas y planes estratégicos que divulguen los beneficios de los biosimilares a la población en general: tanto administraciones públicas y profesionales sanitarios como pacientes.

Según la Orden Ministerial SCO/2874/2007, no se permite al farmacéutico la sustitución de un medicamento de referencia a un biosimilar ni tampoco de un biosimilar al medicamento de referencia.

A veces, los biosimilares innovan en la forma de administrar el medicamento al paciente, además de que buscan una mejor adherencia al tratamiento y mayor comodidad en el uso del mismo. Así pues, este tipo de medicamento, introducen una ventaja en cuanto a competencia e innovación en el mercado, manteniendo la misma trazabilidad y farmacovigilancia. Son tratamientos que pueden cambiar la vida de una persona, al facilitar con ellos el acceso a tratamientos innovadores lo que supone un retorno de ese ahorro al hospital o al servicio clínico.

En definitiva, apostar por los medicamentos biosimilares supone una oportunidad sirviendo para  impulsar un sistema sanitario más sostenible sin  manteniendo las garantías de eficacia y seguridad para el paciente.