
En España hay más de 22.222 farmacias, lo que permite que el paciente cuente con una farmacia cerca de su domicilio, tanto en grandes ciudades como en núcleos de menor población. Farmacias urbanas y rurales forman parte de esa extensa red que hace que nuestro sistema sanitario y nuestro sistema farmacéutico sea uno de los mejores.
Por otro lado, la decisión sobre si comprar una farmacia rural o una farmacia en ciudad, parte sobre todo de las preferencias del farmacéutico, ya que en función de una u otra, su estilo de vida podrá llegar a ser diferente.
Ambos escenarios presentan ventajas y desafíos que pueden llegar a influir no sólo en la rentabilidad de la farmacia, sino de la sostenibilidad del proyecto que el farmacéutico tiene en mente y que va a querer desarrollar.
Farmacias rurales
En España, hay más de 4.400 farmacias ubicadas en municipios rurales, atendiendo a más de 5 millones y medio de personas, lo que representa casi el 10% de la población española.
Las farmacias rurales son una alternativa muy buena, sobre todo para una primera compra. Los farmacéuticos que acceden a una farmacia de este tipo pueden ser desde recién licenciados a farmacéuticos de mayor edad, que con una menor inversión quieren acceder a su primera farmacia. Todos, con una menor inversión pueden obtener una rentabilidad adecuada.
Entre las ventajas que podemos encontrarles a las farmacias en pueblos, y que tendría que valorar el comprador, se encuentran las siguientes:
- Menos competencia: en núcleos poblacionales pequeños hay menor número de farmacias, lo que reduce notablemente la competencia directa. Esto, traducido en el tipo de paciente a atender, hace que las farmacias en pueblos cuenten con un público más leal y constante.
- Relación más cercana con el paciente: en comunidades pequeñas las relaciones personales juegan un papel importante. Son relaciones más cercanas, frecuentes incluso. Los pacientes son más fieles, sobre todo si sienten confianza en el servicio y en el consejo que se les da desde la oficina de farmacia.
- Costes operativos de menor cuantía: en los pueblos, los alquileres suelen ser menos costosos. En ocasiones, las farmacias cuentan incluso con vivienda en la parte superior del edificio o anexa a la botica.
En resumen: para las farmacias rurales se requieren menos recursos económicos, son fáciles de gestionar y, referido a las llamadas farmacias VEC (Viabilidad Económica Comprometida), cabe destacar que los titulares de este tipo de farmacias obtienen más puntos a la hora de concursar para una nueva apertura. Además, este tipo de farmacias en ocasiones suelen recibir subvenciones por parte de sus correspondientes comunidades autónomas.
Desafíos de las farmacias en pueblos
Sin embargo, las farmacias en pueblos presentan ciertos desafíos que también debe tener en cuenta el farmacéutico. Algunos como:
- Demanda limitada: La población en pueblos es menor, sobre todo comparado con las farmacias de la ciudad. Esto se traduce en un volumen de ventas tal vez más reducido.
- Menor diversificación: Ya que los pueblos suelen tener una menor variedad de necesidades. Esto, traducido a posibles servicios que se pueden ofrecer desde la farmacia, hace que las farmacias en pueblos tengan limitados los mismos a la hora de valorar si aquellos que quiere ofrecer llegarán a ser rentables.
- Dependencia del entorno: Al ser mercados y entornos más reducidos, cualquier cambio demográfico o económico a nivel local puede tener un impacto significativo en la farmacia.
Farmacias en ciudades
Por su parte, las farmacias en ciudades se venden con mayor frecuencia. Cuentan con mayor volumen de clientes y pacientes a los que atender. Esto, por lógica, es porque cuentan con una población más amplia y diversa, lo que puede llegar a incrementar el potencial de ventas.
Además, las farmacias en ciudades cuentan con mayores oportunidades para diversificar productos y servicios ya que el público al que dirigirlos es, también, más diverso.
Aunque no es lo habitual, es posible que las farmacias en ciudades tengan también mayor y más fácil acceso a tecnología y proveedores.
Las farmacias en ciudades, también presentan determinados desafíos que el futuro comprador deberá contemplar. Alta competencia, lo que obliga a las farmacias a invertir más en acciones de marketing y trabajar para diferenciarse más de las de alrededor, alquileres y salarios más elevados, así como otros costes operativos más cuantiosos que las farmacias en los pueblos. Sin olvidarse de que los consumidores urbanos tienden a ser menos leales ya que cuentan con muchas más opciones a su alcance que si se encontraran en un pueblo.
Recomendaciones a la hora de decidirse por una farmacia en pueblo o una farmacia en ciudad
Antes de tomar una decisión, el farmacéutico que esté buscando comprar una farmacia deberá considerar ciertos factores estratégicos como analizar el mercado local, evaluar los costes de inversión inicial y su sostenibilidad a futuro, tener clara cuál es la idea de negocio que quiere desarrollar y las posibilidades con las que cuenta. Y, en ambos casos, saber que destacar frente a otras farmacias de alrededor, diferenciarse, será crucial. En ello intervienen aspectos tan sencillos y tan unidos a la propia profesión farmacéutica como el buen servicio al paciente, el deseo de convertirse en un verdadero espacio para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades o el buen consejo profesional, que tanto en ciudades como en pueblos, debe ser la bandera que ondee en cualquier tipo de farmacia.