El comienzo del año trae consigo buenos y nuevos propósitos que todos queremos conseguir. Es una magnífica ocasión para que la farmacia también tenga los suyos y se proponga convertirse en referente en la zona. Cualquier momento es bueno para proponerse destacar y para que nuestro público nos considere su establecimiento. Y, además de ofrecer un consejo profesional, darle a conocer un espacio de venta dinámico en el que el viva una experiencia de compra distinta a lo que tradicionalmente está acostumbrado.

Conseguir aportar esta experiencia, es sencillo. Simplemente con el diseño de un plan de acción que contenga numerosas actividades e ideas creativas que implantar en la farmacia y que forman parte de un plan de marketing anual propio.

¿Cómo debe ser un plan para farmacias?

Dicho plan ha de estar adaptado a nuestra capacidad y la de nuestro equipo. Es bueno desarrollar diferentes campañas de tipo promocional y combinarlas con otras de tipo testimonial o sanitario. Con ellas hay que proyectar nuestro posicionamiento como farmacia dinámica. Una farmacia comprometida con la salud en las aprovechemos para dar a conocer y vincular nuestros servicios de valor añadido con nuestras promociones de productos.

Hay que poner a disposición del paciente ante cualquier demanda nuestra recomendación y consejo. También aprovechar esta situación para relacionarla con la campaña que en ese momento acontece en la farmacia dando pie a explicarla.

Periodicidad y organización de las campañas

En cuanto a la periodicidad de las campañas, lo aconsejable para mantener un dinamismo óptimo es desarrollar al menos una al mes. Esta es la periodicidad media con la que nos visita un cliente. Además, como decíamos antes, el titular ha de establecer las campañas teniendo en cuenta la capacidad y la preparación de su equipo, por lo que si nuestro equipo no puede asumir esta temporalidad se debe optar por establecer otro timing, con menos carga de actividad para poder implantar cada campaña de manera adecuada. Asimismo, también es fundamental dejar anotado cada evento en un calendario que nos permita ver de forma global la carga de actividades planificadas en la farmacia, porque de esta forma el equipo estará al tanto y se preparará para cada acción.

Una opción, por ejemplo, es realizar campañas con carácter bimensual o simplemente desarrollar campañas puntuales promocionales o sanitarias asociadas a días conocidos perfectamente por el consumidor: día de la Madre, día de los Enamorados, día del Cáncer de mama, día Mundial de la Diabetes…

Estrategia de la campaña

A la hora de poner en práctica las campañas, debe desarrollarse la estrategia por la que apuesta la farmacia en cada una de ellas dentro de su plan de acción. Para esto es sumamente importante contar con una imagen de campaña impactante y un claim atractivo que genere curiosidad en los clientes/pacientes y que focalice su atención en nuestro establecimiento.

Además, no hay que olvidarse de incorporar en toda la comunicación nuestro logotipo para que el público pueda identificar la campaña exclusivamente con nuestra farmacia.

También debemos definir los objetivos que pretendemos alcanzar con ella y, si así lo deseamos, vincularlos a incentivos para el personal.

La elección del surtido

En cuanto a los artículos de la farmacia que pretendemos incluir como “productos de campaña”, debemos seleccionar aquellos que son idóneos para la misma bien por rotación y margen, aunque en su elección pueden conjugar diversos criterios, como el stock del que disponemos o si se trata de productos estratégicos o recomendados, o si es un producto interesa destacar o liquidar.

Lo interesante es crear la campaña conteniendo una promoción que potencie y dinamice con su venta la farmacia, que la diferencie de la competencia.

Cualquier acción en la farmacia, debe estar apoyada en los laboratorios que consideremos partners, buscando su ayuda tanto en las promociones como en otros aspectos que faciliten el desarrollo de la misma como puede ser:

  • el envío de comunicación directa a clientes
  • un taller con testeo de productos de la mano de personal experto que aporte el laboratorio
  • o un sorteo de un lote de productos aportado por ellos vinculado con las compras

La formación del equipo

Para facilitar la salida de productos es necesario aportar en el momento de la venta un consejo de calidad mediante una recomendación adecuada de producto, siendo responsabilidad de la gerencia de la farmacia el aportar la principal herramienta para la venta al equipo: la formación.

El personal si conoce en profundidad el producto que va a recomendar, se sentirá más seguro a la hora de recomendarlo como mejor opción a un cliente determinado y se sentirá más motivado. Es una inversión a medio plazo formar al equipo como vendedores. Capacitándoles en conocimiento en producto es importante pero también en habilidades comerciales. Esto permitirá llevar a cabo una recomendación integral y que, tanto el personal como el cliente, se sientan cómodos y satisfechos con la misma.

En conclusión, la farmacia actual debe convertirse en un espacio dinámico en el que, mediante campañas concretas, podamos ofrecer una información única y personalizada; que permita nuestra diferenciación y aumente el grado de satisfacción de nuestros clientes.

 

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