Cómo afectará la inteligencia artificial al negocio de las farmacias en los próximos años es una pregunta que retumba en la mente de todos los que forman parte del sector farmacéutico. La inteligencia artificial ha revolucionado todos los sectores. Ha venido para quedarse, como se decía hace algún tiempo también de otros avances a nivel tecnológico como el teléfono móvil, las redes sociales e incluso de la propia Internet. Hoy, la inteligencia artificial está en boca de todos y está generando transformaciones profundas no sólo en la manera de buscar información, sino también en el modo en que nos comunicamos y gestionamos nuestro tiempo.

A medida que vaya pasando el tiempo, también la inteligencia artificial va a avanzar y se irá integrando, cada vez más, en procesos de gestión farmacéutica, no sólo en la industria, sino también en la propia oficina de farmacia, ayudando a la mejora de la eficiencia, la precisión y la personalización de los servicios que se ofrezcan al paciente.

¿Inteligencia artificial en las farmacias?

La inteligencia artificial incidirá de lleno en el modo de hacer, en el modo de comunicarse y, básicamente, en el día a día de la farmacia, en torno a:

  • Gestión de inventarios: optimización. Gracias a la inteligencia artificial, las oficinas de farmacia podrán emplear algoritmos que les permitan predecir la demanda de medicamentos y determinados productos de venta en farmacia. Además, gracias a esta predicción, podrán optimizar también la gestión de stock y reducir el número de productos y medicamentos que no se venden. Esto va a permitir que el farmacéutico pueda realizar a futuro una mejor planificación, minimizando también las posibles interrupciones que puedan producirse en el suministro. De modo que el paciente siempre pueda tener acceso a los medicamentos y a los productos sanitarios que necesita.
  • Procesos automatizados: La inteligencia artificial promoverá la automatización de procesos. Y no se trata de procesos abstractos, sino que nos referimos a todas aquellas tareas que son repetitivas y de corte más administrativo. ¿Ejemplo?: la verificación de recetas, la gestión de registros de pacientes o el propio procesamiento de los pagos. Todas estas tareas podrán automatizarse y mejorará la eficiencia de la farmacia porque proporcionará al farmacéutico más tiempo para dedicarse a su verdadera razón de ser: la atención al paciente.
  • Tratamientos más personalizados: La inteligencia artificial es capaz de procesar grandes cantidades de datos. En el caso de los datos de pacientes, gracias a la IA, el profesional de la farmacia podrá identificar patrones y tendencias, ayudándole a personalizar la recomendación de determinados productos y medicamentos, según las necesidades individuales de sus pacientes. Esto puede ayudar a mejorar la eficacia de los tratamientos y puede contribuir también a una mejor adherencia de los pacientes en sus tratamientos.

Mejora en la atención al paciente: Asistentes virtuales y chatbots son, en principio, las herramientas de inteligencia artificial que pueden ayudar al farmacéutico en la atención al paciente. Estos sistemas pueden mejorar esta atención y proporcionar al usuario respuestas precisas y rápidas a las consultas del paciente, realizar recomendaciones sobre determinados productos o medicamentos. Sin embargo, la atención farmacéutica queda en manos de “un robot” por lo que quizá en un futuro esto pueda ser una o`pción viable. De momento, la inteligencia artificial puede ayudar sobre todo a la gestión de citas y recordatorios, lo que puede mejorar la experiencia del paciente y la satisfacción general de éste acerca de los servicios que ofrece la oficina de farmacia.

¿Telefarmacia?

Desde hace algunos años se habla de los avances de la telemedicina y muchos plantean que pueda implantarse también la telefarmacia. Ya en el IV Encuentro Asefarma celebrado en 2019, Jaime Acosta, farmacéutico comunitario y consultor de proyectos de la sección de Farmacia Comunitaria de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), hablaba entonces de las posibilidades que podía ofrecer la telefarmacia en España, siguiendo la estela de países asiáticos donde lo telemático comenzaba a ganar fuerza .

Con inteligencia artificial, la telefarmacia podría ser una realidad y los servicios farmacéuticos ofrecidos de manera remota, se podrían integrar más estrechamente con las oficinas de farmacia. Esto permitiría, además, gestión de receta electrónica, consultas virtuales y reduciría la necesidad de una visita física en la farmacia. También podría ayudar a la monitorización remota de los pacientes y la oferta de recomendaciones y alertas en tiempo real, basándose en los datos de salud de estos.

Para muchos esto es una realidad cada vez más cercana. Para otros, sólo ciencia ficción porque el modelo de farmacia actual es y debe ser presencial, de contacto directo y de presencia física en la botica, cara a cara entre el paciente y el farmacéutico.

Otros usos de la inteligencia artificial en la farmacia

En industria farmacéutica, la inteligencia artificial puede ayudar en el impulso a la I+D para el descubrimiento de nuevos tratamientos y medicamentos. Esto es así porque la inteligencia artificial encierra multitud de algoritmos que manejan en tiempo impensable grandes cantidades de datos que pueden estar relacionados con ensayos clínicos y que permitirían identificar posibles candidatos con medicamentos concretos para prever así su eficacia.

Todo esto reduciría el tiempo y los costes asociados al desarrollo de nuevos fármacos. Permitiría también una respuesta más rápida para la cura de nuevas enfermedades y emergencias sanitarias.

Protección de datos, ética y provacidad

Hablar de inteligencia artificial es, irremediablemente, hablar también de ética, de privacidad y de protección de datos. ¿Hasta dónde queda regulado el uso de datos, de dolencias, de enfermedades y hasta dónde llega su protección cuando se traslada todo esto al sector de las farmacias y de la industria farmacéutica? Es fundamental que se pueda garantizar la protección de los datos de los pacientes que maneja el farmacéutico y, como dicen algunos expertos, que las decisiones y las respuestas que arroja la inteligencia artificial sean no sólo transparentes sino también justas”.

Desde la industria, los profesionales demandan que se establezcan regulaciones y políticas claras que sean capaces de abordar los desafíos que presenta la inteligencia artificial. El objetivo será ser más eficientes con la inteligencia artificial, pero es crucial que se aborden todos los aspectos éticos y de privacidad que hasta el momento, parece que se están obviando, de manera que la implementación se realice de manera responsable y sea de verdad beneficiosa para todos los actores involucrados: farmacia, industria y pacientes.